Creo que la Sanidad Divina se obtiene por la fe (Marcos 16:18) Y que en caso de que algún hermano tenga necesidad de someterse a los cuidados y ministraciones de la ciencia médica, los demás no deben criticarlo, sino considerarse a sí mismos y guardarse de encontrar condenación con lo que ellos mismos aprueban (Romanos 14:22). SE recomienda que los miembros y ministros de nuestra Iglesia se abstengan de lanzar críticas indebidas a la ciencia médica, cuyos adelantos nadie puede negar y que se originan en la habilidad que Dios ha dado a los hombres para ir descubriendo los secretos del funcionamiento del organismo humano. Al mismo tiempo, los exhortamos a que no se opongan a las campañas de higiene, vacunación y limpieza que sean iniciadas por el gobierno, sino que, por lo contrario, colaboren decididamente en los lugares donde sea posible. Los enfermos deben ser ungidos con aceite en el Nombre de Jesucristo por ministros ordenados para que el Señor cumpla sus promesas (Juan 14:13; Salmos 103:1- 4; Lucas 9:1-3; 1 Corintios 12:9; Santiago 5:14-16).